La participación en el aula

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Es sabido por todos que, como docentes, una de las situaciones futuras a las que nos tenderemos que enfrentar es a la diversidad de alumnos en nuestras aulas, pues en todas ellas siempre nos encontraremos con alumnos motivados y participativos, pero también con otros más tímidos y callados (lo que no quiere decir que sean menos inteligentes o que no quieran participar como sus compañeros).

Y es que la participación en clase es una de las claves del aprendizaje cooperativo, sin embargo, no siempre es fácil que todos los alumnos tomen la palabra o expongan sus puntos de vista, debido a su carácter que les impide expresarse como ellos verdaderamente quieren. Para que el alumno participe, lo primero que el docente debe tener en cuenta es que, sin un clima cómodo, jamás logrará que los alumnos consigan establecer un feed-back con él.

Como propuesta educativa para fomentar la participación en el aula, yo que pertenezco al área de lengua y literatura, propondría un taller de lectura creativa al que tanto padres como alumnos podrían asistir. Este taller consistiría en la lectura semanal de un libro cuya elección estaría a cargo de los propios alumnos mediante una votación. Cada alumno elegirá un libro y sus compañeros deberán votar el que más les guste. Una vez elegido el libro deberán leerlo en el plazo de una semana, en la que paralelamente se organizaran talleres, debates, visionado de películas y si es posible conferencias con el autor.  

De esta manera, como el libro lo han elegido los mismos alumnos, el intercambio de ideas y la participación serían más fluidas y numerosas, dado que el objeto de estudio es conocido por todos ellos y les resulta más familiar. Y es que al utilizar recursos y materiales que ya forman parte de su vida los alumnos desarrollan más su interés y mientras más familiarizados estén con los recursos utilizados en clase su atención aumentará notablemente.

Con esta iniciativa no solamente insistiremos en la motivación de los alumnos, sino que intentaremos desarrollar el gusto por la lectura que poco a poco se está perdiendo en el aula y fuera de ella.